- Área: 200 m²
- Año: 2018
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Fotografías:Rafael Gamo
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Proveedores: Arquideco, Cortizo, Grupo Arca, Piacere
Descripción enviada por el equipo del proyecto. La casa se ubica en la planicie de una montaña a casi tres horas de la Ciudad de México y busca dos cosas aparentemente contradictorias: resguardo y apertura. Por un lado, busca ser un refugio ante el clima radical, que en un mismo día llega a variar casi 30 grados centígrados y donde llueve prácticamente a diario durante 6 meses, y, por otro lado, intenta abrirse lo más posible hacia un paisaje vasto.
Con el fin de atender tanto la necesidad de resguardo como el deseo de apertura, la casa se dispone en torno a cuatro patios. El primero, de forma curva, funciona como espacio de transición entre el exterior y la casa; el segundo, de mayor tamaño y en la posición central de la casa, marca la transición desde las zonas más privadas hasta las más públicas; el tercero, en un nivel más bajo, es un espacio velado que conduce hacia las terrazas en la azotea; y el cuarto conforma una especie de casa en sí misma para la zona de servicio.
Estos cuatro patios permiten generar ámbitos distintos dentro de un paisaje interminable y enmarcan las vistas de manera puntual. También aportan una mayor dialéctica entre el interior y el exterior, por ejemplo, cada espacio se vuelca hacia algún patio en uno de sus lados y hacia un exterior franco en otro, lo que produce ventilación cruzada en cada espacio, asoleamiento en dos o tres orientaciones distintas y genera una casa hacia adentro y otra hacia fuera.
Esta condición dual de la casa se refleja en su condición material ya que hacia el exterior la casa es de ladrillo y hacia el interior es de hormigón y madera. El color rojo y la textura rugosa al emplear ladrillos rotos acentúan una condición completamente distinta al empleo de superficies lisas y tonos neutros en el interior.
Las cubiertas de las habitaciones, el estudio y la sala-comedor son bóvedas de concreto que generan hacia fuera una nueva topografía que convive con el paisaje vegetal de los techos planos que corresponden a las zonas de menor jerarquía como cocina, baños, bodegas… De tal manera, se establece un juego entre las formas orgánicas de las bóvedas recubiertas de barro y los techos verdes.